martes, 27 de octubre de 2020

Capítulo 13

 

Excitado pensando en el cuerpo desnudo de Alberto, Mateo se queda tras la puerta del baño escuchando como el agua cae y se excita sólo de imaginarse el cuerpo desnudo de ese chico que tanto lo ha hecho gozar. Mojado por del deseo Mateo va a la cocina para refrescarse. Para volver a la habitación pasa corriendo para no detenerse en el baño y no seguir pensando en el gemelo de su novio. Fernando lo espera ya vestido en la habitación.

--¿qué pasó? --pregunta Fernando sorprendido.

Mateo lo abraza con desesperación:

--perdón pero es que me coacciona que tu hermano esté. Te juro que un día que tengamos toda la casa para nosotros solos, que podamos estar tranquilos me entregaré a ti, seré tuyo en cuerpo y alma --sentencia Mateo como si fuera su condena.

Fernando lo besa contento. Se tumban en la cama y hablan del viaje a París.

--yo me quise borrar pero nadie me quería sustituir,  sobran muchas plazas. Si no iba perdía el dinero --dice Fernando.

--a mi me pasó lo mismo.

--pues que bueno que los dos seguimos apuntados ¿te imaginas? Será tan lindo tú y yo juntos en esa ciudad tan romántica, sería ideal para nuestra primera vez.

Mateo lo mira y le hace una promesa:

--si no hemos hecho el amor antes lo haremos en París.

Fernando lo mira contento. 

--no sé si las habitaciones serán de dos pero si es de tres estaremos con mi hermano. Hay confianza. Tendremos más libertad. Podremos dormir abrazados. Le decimos que salga. Podremos estar juntos.

Fernando está tan feliz que no ve la angustia en los ojos de Mateo. Maldice seguir en el viaje. Por un lado es un sueño ese viaje al lado de Fernando pero no se imagina durmiendo con los gemelos. Confía que las habitaciones sean de dos y poder disfrutar tranquilamente de su amado. Le apetece dormir en sus brazos. Confía en dejarse llevar por el amor y olvidar el feroz deseo que le despierta Alberto










El lunes cuando Mateo sale de su casa Fernando lo espera ya en la puerta. Se saludan con un largo beso. Felices y abrazados llegan al instituto entusiasmados. No se desenganchan el uno del otro y Mateo vuelve a ocupar el sitio al lado de su novio. Toda la clase se alegra de verlos juntos Incluso algunos profesores, como la de literatura, se alegra y sonríe al ver a la pareja junta. Víctor no dice nada con la boca pero lo dice todo con la mirada. Está que trina. La felicidad de Mateo sólo tiene una sombra: Alberto. No soporta tenerlo delante en la hora del recreo ya que, aunque Mateo está en brazos de su novio, al verlo sólo desea hacer el amor con él. Es por eso que se muestra tosco con su antiguo amante. Alberto se queda con ellos mientras se besan. Su mirada llena de celos y de tristeza hiere a Mateo y le hace sentir culpable. No le gusta recordar la traición y además Alberto es una peligrosa tentación de la que Mateo quiere huir. Ama a Fernando pero es demasiado blando. Alberto en cambio tiene todo lo que le falta a su hermano. Mateo los necesita a los dos. Está enamorado de Fernando y no podría vivir sin él por lo tanto quiere desterrar de su mente el recuerdo del otro pero verlo y tenerlo tan cerca la enciende. Para no estar cerca de Alberto Mateo susurra su novio:

--¿por qué no buscamos un sitio más intimo?

Fernando sonríe pícaro. Mira a su hermano con complicidad y se aleja con su chico. Alberto los ve irse triste.


Por la tarde, Mateo va  a casa del chico. Abre la puerta  Alberto. El gemelo sexy se alegra de verlo.

--hola, ¿cómo has estado? --le dice con dulzura.

Mateo se pone tenso y pasa sin decir nada lo que entristece a Alberto.  Va directo a la habitación de Fernando. Éste está  estudiando y lo deja todo para besar a su chico. Están un rato juntos.

--te dejo para que estudies. Yo me tengo que poner las pilas. Mis viejos dicen que si no apruebo no hay viaje aunque pierdan el dinero.

Los dos bajan juntos. Se besan y se acarician. Mateo se da cuenta que Alberto, con una amarga tristeza, los está viendo desde el balcón.  Se despide de su chico delante de casa de Mateo. Se ve el bloque de Fernando y a Mateo le duele recordar la imagen de Alberto. Entra con una amarga sensación en su casa. 


Al día siguiente en clase, Mateo y Fernando han tenido asignaturas diferentes y Mateo lo va a buscar al aula en la que él ha estado. Se topa con Alberto. 

--tenemos que hablar --le dice Alberto con dulzura.

El guapo chico le guiña el ojo y Mateo se vuelve loco de deseo. Lo deja con la palabra en la boca y va corriendo a refugiarse a los brazos de Fernando para que con su amor le haga olvidar los malos pensamientos que le provoca  Alberto y es que no puede estar cerca de él sin desear su cuerpo





A la hora de la salida, Fernando y Mateo caminan contentos cuando ven a Alberto con un chico. Mateo siente celos y Fernando se alegra mucho de lo que ve.

--que bueno…con este chico estuvo saliendo. Es el único con el que vi que iba en serio. Es que a mi hermano le vuelven loco todos los guapos. Le encanta ir de cama en cama. A ver si sienta la cabeza. Ojalá se enamore. El amor es lo más bonito que hay.

Mateo se muere de la rabia pero se la tiene que tragar en silencio. No lo quiere para él pero no soporta que esté con otro. 

--lo tengo que olvidar -no deja de pensar Mateo- no puedo seguir con esto, sólo debo tener pensamientos para mi novio, el chico que yo amo.

Es por eso que le corre prisa hacer el amor con Fernando. Siente que es la única manera de borrar a Alberto de su vida.

 --¿qué tanto piensas? --dice Fernando.

Intentando que Fernando no se dé cuenta de que sufre, Mateo dice:

--quiero hacer el amor contigo.

Fernando traga saliva











Mateo camina hacia casa de Fernando. El chico está solo y han decidido que es el momento para hacer el amor por primera vez. Mateo lo vive como una obligación. Fernando está feliz. A pesar que no quiere, a medida que se acerca al edificio, Mateo no hace más que pensar en todas las veces que Alberto fue suyo.

--¡¡no --dice Mateo golpeándose la cabeza- no Alberto, ¡¡No¡¡ el amor que yo siento por Fernando es más fuerte que todo y tiene que poder matar mis bajos instintos que me empujan hacia el otro¡¡

Llama al timbre nervioso y sudoroso. Fernando ya lo espera impaciente. Van directos al dormitorio del chico y se desnudan sin preámbulos. Fernando comienza a jugar con el cuerpo de Mateo pero éste no siente nada cuando su novio traga su verga. No logra hacerla crecer. La verga de Mateo no acepta a Fernando y no reacciona a sus caricias a pesar de todos los esfuerzos de Fernando por hacerlo gozar. Mateo es solo nervios y tensión. Sólo piensa en Alberto y en que tiene la obligación de acostarse con Fernando a pesar que no quiere para borrar así todas las horas de placer, todas las huellas que Alberto ha dejado en su cuerpo. Fernando no pierde más el tiempo y como ya está armado se pone el preservativo para entrar al fin en el interior de Mateo. Fernando está muy ansioso y con muchas ganas de perder la virginidad. Pero justo cuando Fernando se iba a poner encima de Mateo, éste no lo deja continuar. Las puertas de acceso a su interior están cerradas para Fernando y no las puede abrir. Después de haber probado a Alberto el cuerpo del chico no acepta el de Fernando. Fernando  lo acepta con resignación y no hace ningún comentario. Mateo está muy agobiado pero Fernando le saca importancia al tema.

--tal vez otro día --dice Fernando.

Fernando se viste resignado. Mateo se nota angustiado. Fernando lo abraza muy dulce.

--venga, no piensas más en eso. Vamos a dar una vuelta --dice Fernando.

Mateo se siente frustrado:

--te amo más que a mi vida y quería hacerlo --dice Mateo.

Fernando sonríe.

--no importa, tranquilo.

Mateo lo ama pero ama sólo su alma, su cuerpo no le interesa. El cuerpo que quiere es el de Alberto. Mateo  teme no poder superar lo que le pasa y también que a Fernando, que está teniendo la paciencia de un santo, se acabe hartando y lo deje.


"sé que estoy tirando demasiado de la cuerda -dice en su diario-y ahora que lo he recuperado no soportaría perderlo de nuevo".

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