martes, 27 de octubre de 2020

Capítulo 17 y ultimo

 






Al día siguiente, Alberto visita a Mateo. El chico sale de su habitación al saber que tiene visita. Alberto le sonríe y Mateo se alegra de verlo y lo abraza llorando. Alberto lo acaricia con ternura e intenta consolarlo. Se hace el fuerte pero se nota que está mal, sus ojos están rojos de tanto que ha llorado.
-lo siento, perdona el lío en el que te he metido --dice Alberto con un hilo de voz.

Las lágrimas se le escapan a Alberto  mientras sigue hablando:

--no te quería causar todo este daño, he sido un inconsciente pero espero que no me tengas rencor, no soportaría que me recordaras con odio.

El dolor de él conmueve a Mateo. Se siente culpable por haber jugado con los sentimientos de los gemelos.

--eres tú el que me tienes que perdonar a mi --le dice Mateo-- yo a ti te he hecho mucho daño. Tú a mi me has dado la vida. Yo en cambio te la he destruido.

Alberto sonríe con melancolía y dice:

--por mi no te preocupes, voy a estar bien. Todo se va a arreglar.

--si pero tu hermano, seguro que tus padres también se han enfadado contigo

--al principio sí pero ahora quieren interceder para que mi hermano y yo nos reconciliemos y yo estoy seguro que lo vamos a lograr, con el tiempo Fernando olvidará nuestra traición pero tú y yo tenemos que hacer como si no nos conociéramos. Ni me saludes si me ves. Espero que me comprendas y me perdones por no poderte ayudar. 

Se abrazan entre lágrimas. 

Muy triste, después de su abrazo, Alberto dice a Mateo.

--tenemos que pagar por nuestros pecados. Yo por enamorarme del novio de mi hermano y tú por sentir una pasión arrebatadora por mí. Los dos somos culpables por no callar nuestros sentimientos. Juntos formábamos un remolino de pasiones que ha acabado arrastrando todo.

El chico se despide de Mateo con un dulce beso en la mejilla. 


Mateo pasa el fin de semana tumbado en la cama mirando fotos. Mira especialmente la foto del cumpleaños de los gemelos en la que está Mateo con los dos. Piensa en los momentos que ha compartido con cada uno. Habla a la foto:

--a los dos os quería aunque de manera diferente y me será muy difícil olvidarlos. Me habéis dejado marcado para siempre.


Tragándose sus lágrimas Mateo  se enfrenta a un nuevo día de clase. Va solo, se siente mal al tener que entrar solo. Todos son risas y comentarios. Y de nuevo sus videos circulando por el centro. El de ayer y los otros. Al entrar en la clase se queda helado al ver a Fernando revolcándose  sobre una mesa con Víctor como una pareja de enamorados. Cuando lo ven entrar, Fernando, abrazado a Víctor, se acerca a un incrédulo Mateo y le dice hiriente:

--gracias a ti he encontrado el verdadero amor. Tú sólo fuiste un juguete. Víctor es mi novio, el amor de mi vida. Él si es alguien que puedo respetar. No es como tú que te acuestas con todos. Ya me lo advirtió uno de tus amantes y no le hice caso pero bueno ya me divertí contigo, ahora ya no me interesas.

Víctor sonríe feliz. Mateo siente que lo han matado. Fernando añade:

--te pediría el favor que renunciaras a ir a Paris, los dos no podemos ir y bueno si vas tú yo no voy y pierdo mi dinero. En cambio Víctor con gusto ocupa tu plaza, es lo mejor para todos.

Mateo no soporta sentir que Víctor ha vencido pero se da cuenta que así ha sido.

--sí claro, yo no voy a ir a Paris, que vaya él --dice tragándose sus lágrimas.

Víctor y Fernando no dejan de besarse. A parte del gran dolor que siente Mateo, Mateo tiene que soportar que todo el mundo lo mire, lo señale, murmure, se ría. Y es que ha provocado todo un escándalo. Hasta la profesora de literatura mira al joven con reproche. Los novios nuevos se sientan juntos. Mateo no puede más y recoge sus cosas. Decide que no volverá a clase. Antes de salir se topa con Alberto éste no le dice nada pero no puede disimular la tristeza que siente por tener que ignorarlo



Fernando es puro odio y rabia. La descarga en Víctor. Los dos desnudos en la cama. Fernando es muy violento. Se desahoga. Víctor siente mucho dolor pero disfruta siendo de ese chico tan guapo. Era su sueño. Es la primera vez para ambos y mientras Victor está feliz de que lo haya desvirgado Fernando, éste se siente vacío. Su primera vez ha sido por odio y no por amor. Ha estado violenta y no tierna. No ha sido como esperaba. No dice nada. Víctor quiere hablar. Fernando se levanta desnudo. Se encierra en el baño y cae en el piso llorando amargamente.


"todo se acabó, buscaré trabajo y no volveré al instituto. Necesito que mis heridas se cicatricen para tomar fuerzas y volver a vivir --escribe Mateo en su diario- siento que me han matado pero Fernando ha muerto conmigo. No quiero volver a oír ni su nombre. Todas sus fotos, sus regalos, su recuerdo han acabado en el contenedor de la basura. He borrado todas las del celular. Él ya es pasado y no lo quiero volver a ver. Tengo que mirar hacia delante. El odio me da fuerzas para no derrumbarme pero no quiero volver a estudiar, no ahora al menos. Ahora lamento que todo haya empezado. Nunca debí fiarme de Fernando. Ahora me doy cuenta que Alberto es el mejor de los dos. Fernando no merece la pena, me alegro de haberlo sabido a tiempo. Lástima que no me quedé con Alberto."



Días después, un mensajero  trae para Mateo un paquete muy especial con una tarjeta de Alberto:

"espero que mi regalo te anime y te haga olvidar aunque sea un poco todo el dolor que yo he traído a tu vida. Perdóname."

El regalo en cuestión es un periquito de color azul que en seguida hace las delicias del joven.

--Adonis, te vas a llamar Adonis --dice recordando los momentos que pasó con el que fue su amante secreto en ese pueblo.

Gracias al animalito el joven vuelve a sonreír. A quien recuerda y con nostalgia es a Alberto. Aunque el odio es el sentimiento que ocupa el corazón de Mateo y está borrando cualquier otro sentimiento.


15 años después…




Mateo va en autobús. Es un hombre gris. Está parado en el semáforo. De pronto su corazón late con fuerza. Uno de los gemelos está pasando por su lado en la calle. Al otro gemelo lo vio alguna vez hace años. A este no había vuelto a verlo. Mateo siente rabia de estar en el autobús. Le apetece hablar con él. A pesar de los años, de su transformación física,  de su look de náufrago, de que lleva gafas, de que lo ha visto unos segundos. Mateo no confunde esa mirada. Sabe que es él. Con los años los recuerdo de uno se han borrado pero los de éste se le han quedado grabado a fuego en su piel.
Y se lo queda mirando con el corazón que se le va a salir por la boca.

--¿qué haces?¿que estás haciendo? --se recrimina.

Pide parada ansioso. La espera se le hace eterna. Tiene miedo que se le escape. Lo ve a lo lejos y no lo duda. Tiene muchas ganas de verlo. De hablarle. Está muy ansioso.

--¡ALBERTO¡

El hombre se queda paralizado. Esa voz del pasado le estremece. Tiene miedo de girarse y darse cuenta que ha sido su imaginación. Y Mateo correo hacia él.

--¡hola, hola¡ Alberto¡

Alberto se gira y están cara a cara después de tantos años. 

--¿no me oías, Alberto?

Hay emoción en el rostro de los dos. A Alberto le emociona que no haya dudado  que lo haya reconocido y que haya reconocido que era él y no su gemelo. 

-¿cómo has estado, Mateo?

Por un momento Mateo temía que no se acordara de él. Los dos están felices de verse. Se funden en un cálido abrazo. Se estremecen como si no hubiera pasado el tiempo. Mateo habla exaltado. Alberto es más comedido pero se alegra mucho de ese encuentro.

--¿te hace una cerveza? Te invito. --Mateo.

--venga.

Se van muy contentos. Mateo lo abraza por los hombros. Alberto responde de la misma manera. Hablan con una cerveza. De todo y nada.

--¿acabaste los estudios? --Alberto.

--no. No volví a estudiar. ¿Y tú?

--sí. Me licencié 

Sienten que el tiempo ha regresado atrás. Y hablan felices.

--¿sabes que tengo cuatro sobrinos? ---Alberto.

--¿¡cuatro?¿¡tu hermano adoptó a cuatro?

--no. Los tuvieron él y su esposo por gestación subrogada. Son dos de cada uno pero bueno los cuatro son mis sobrinos. Todos hombrecitos. Son muy felices.

Y Alberto ha querido dejar claro que Fernando no sería ya un obstáculo para ellos y quería ver la reacción de Mateo al hablar de Fernando. Y Mateo sólo tiene ojos para Alberto.

--¿y tú? Supongo que tienes a alguien--Alberto.

--no.

Y Alberto sonríe. Es la respuesta que esperaba.

--nunca pude tener una relación con nadie. No me faltó sexo pero nunca tuve amor. Y no volví a hacer videos --Mateo.

El pasado ha quedado atrás y ambos pueden reírse del pasado. Esa sonrisa de Alberto derrite a Mateo.

--¿y tú? ¿ tienes pareja o sigues siendo un rompecorazones? --Mateo.

--yo igual. Es que quedé atrapado por alguien de mi pasado.

Y Mateo sonríe. Es la respuesta que deseaba. Se miran con intensidad.

--yo también quedé atrapado por alguien de mi pasado.

Los dos se miran seductores.

--¿se puede saber quien? ---Alberto.

Mateo le acaricia la mano. Se miran con intensidad.

--tú.

Se levantan mientras se parten la boca con flor de beso y se devoran con las manos. Son muy ardientes. Se han echado demasiado de menos. Ya nada los detiene. Alberto se lo lleva a su departamento donde dan rienda suelta a su pasión. Ya no son esos jóvenes  que se divirtieron. Ahora son dos hombres de más de 30 años con mucha experiencia y se tienen muchas ganas. Disfrutan besándose, acariciándose mientras se desnudan con desesperación.   Disfrutan viendo el cuerpo desnudo del otro  y ver los cambios que el paso del tiempo ha hecho en sus cuerpos. Se gustan. Se desean ardientemente. Se funden en un sólo cuerpo. Hacen desesperadamente el amor. Son felices. Ya nada los separa. Tienen toda una vida para descubrir si lo que los une es sólo deseo o algo más.


Fin

















Capítulo 16

 








Tras las palabras de Fernando, aparece Víctor que enfrenta a los amantes.

--¡¡no lo neguéis, yo estaba en el lavabo encerrado y he oído todo lo que habéis dicho, guarros, lo que le habéis hecho al pobre Fernando no tiene perdón¡¡ ¡sois unas bestias. He oído como Alberto presumía de las miles de veces que te le has regalado  y que se arruina en condones¡ ¡seguro que también os habéis grabado. Eres un vicioso¡ ¡te mereces alguien como tu ex no como Fernando¡

Todos los miran divertidos. Fernando está furioso. Alberto y Mateo se miran desolados y pálidos. Mateo rompe a llorar lo que enciende aún más la rabia del novio cornudo. Alberto pone la mano sobre los hombros a su hermano mientras que muy fraternal le dice:

--vamos a otro sitio para poder hablar tranquilamente los tres.

Fernando rechaza a su hermano con violencia:

--¡¡no, esto lo aclaramos aquí y ahora¡¡ --Fernando.

Los ojos de Fernando están llenos de odio, ira, rabia. Alberto lo mira lloroso. Encolerizado Fernando dice:

--¡¡lo repito otra vez ¿ es cierto todo lo que ha dicho Víctor?¡¡

Fernando agarra del brazo a su novio y le pregunta directamente:

--¡¡¿es cierto que te revuelcas con él, hijo de puta¡¡?

Mateo no puede más y llorando dice:

--¡¡sí, sí, sí es cierto¡¡ --grita entre lágrimas.

Alberto lo mira triste y mientras Mateo intenta gritar a Fernando que lo ama a él, Fernando como loco tumba a su novio de un puñetazo. Grita endemoniadamente todos los insultos que le ocurren. El espectáculo es grabado por muchos de sus compañeros.  Mateo está lleno de miedo y dolor. Si no es por Alberto, que se interpone entre ellos, Fernando hubiera agredido de nuevo a su novio. Mateo llora en el suelo. Fernando grita que se levante para pelear como hombre. Alberto trata de hacer calmar a su hermano y que no se tire sobre Mateo. Lleno de odio, Fernando escupe a su novio en toda la cara. 

--¡me das asco¡

--no hagas esto, hermano --Alberto.

--¡no me llames así, Judas¡

Y con rabia da un puñetazo a su hermano. Víctor es el que más disfruta y atormenta a Mateo.

--¡mira lo que has logrado por ser tan vicioso. Vete a hacer porno que es lo tuyo y no te metas con los buenos chicos¡

Todos miran a Mateo como si fuera una bestia. Un puto. Alguien que sólo sirve para que los demás se diviertan. Casi todo el mundo lo insultan. Nadie avisa a los profesores y entretienen a los que se acercan para no interrumpir el show. Fernando, al que Alberto sujeta con dificultad, grita a Mateo

--¡¡por eso no querías hacer el amor conmigo porque ya ibas bien servido por este cabrón de mierda¡¡¡ ¡no te quisiste entregar a mi por amor pero sí te acostaste con él por puro vicio como una vulgar puta que es lo que eres¡¡¡

Entonces Fernando se lanza sobre su gemelo  al que golpea como un sádico.

--¡defiéndete, cobarde¡ --grita Fernando a Alberto que se niega a golpear a su hermano.

Todos los animan, Víctor sonríe satisfecho. Mateo llora asustado.

--¡¡Qué alguien los separe¡ --grita angustiado.

Es Mateo quien va a buscar a un profesor para parar la pelea. Finalmente un profesor pone orden y saca a Fernando del cuerpo de Alberto.

--¿¿Qué pasa aquí?¡¡¡ --pregunta.

Fernando fulmina con la mirada a los dos amantes y dice:

--¡¡sois tal para cual. Estáis hechos de la misma pasta, no quiero saber nada de ninguno de los dos. Ambos habéis muerto para mi¡¡¡muertos,  estáis muertos¡¡

Dicho esto Fernando se va corriendo. Alberto mira a Mateo llorando sangre y se va tras su gemelo. Mateo se queda llorando destrozado siendo objeto de las burlas y maliciosas miradas de sus compañeros. Víctor saborea su triunfo. Sin mirar a nadie y entre burlas y murmullos, Mateo recoge sus cosas y sale disparado hacia su casa.

 





Alberto sigue desesperado a su hermano que no lo quiere escuchar.

--¡¡deja que te explico¡¡

Fernando lo mira con odio y dice:

--¡hazme el favor de dejarme en paz, estás muerto para mi y los muertos no tienen nada que explicar¡¡

--¡¡me tienes que escuchar¡¡ --dice desesperado Alberto agarrando del brazo a su hermano para que se pare. 

Fernando se lanza nuevamente hacia su gemelo y lo comienza a golpear como si lo quisiera matar. Alberto no se defiende y deja que su hermano descargue con sus puños su rabia y su dolor. Fernando lo golpea una y otra vez.


"habría preferido morirme -se desahoga Mateo en su diario- que haber vivido todo esto, sé que toda la culpa es mía por no saber controlar mis bajas pasiones pero duele, duele mucho."


La madre de los guapos gemelos no se puede creer lo que ve al ver a Fernando matando a golpes a su otro hijo. Los separa a gritos y les pide explicaciones. Fernando sube corriendo a su casa y se encierra en su cuarto. Entonces la mujer mira a Alberto:

--¡¡pues tú me vas a decir que es lo que está pasando¡¡

Alberto mira a su madre con culpa y la deja sola sin decirle nada. La mujer está muy angustiada. Alberto se va a su dormitorio deshecho y desesperado tira por los aires todo lo que encuentra. Por su lado, Fernando rompe desesperado todas las fotos tanto de su chico como de su hermano. Se saca el reloj que le regaló Mateo y lo estampa contra el suelo y luego lo pisa con rabia. Mientras, Mateo se desangra llorando sobre su cama abrazado a una foto de Fernando que tiene sobre su mesita. Luego mira lloroso en la pared el dibujo de Mateo que Fernando mandó hacer. Deja el retrato en la mesita y mira las fotos de su celular. Las mira atormentado y acaricia una y mil veces cada uno de los recuerdos que tiene de él y se maldice por haber destruido su felicidad, por no haberse sabido  comportar como debía. 


Por su parte, la madre de los guapos gemelos entra en la habitación de Fernando y al ver toda esa ruptura de fotos le pregunta:

--¿has tenido algún problema con tu novio?

Encolerizado Fernando dice:

--¡¡no me menciones a esa puta¡¡

--¡no seas grosero, hijo. No me faltes al respeto ¡¡

--¡Mateo es una puta que se acuesta con Alberto, con mi propio hermano¡¡ --grita con dolor.

--¡¡no puede ser, es malentendido¡¡ --dice la mujer sorprendido.

Roto de dolor, Fernando dice:

--¡¡habla con ese maldito desgraciado a ver si te lo niega¡¡

--¡¡claro que lo voy a hacer¡¡

 La mujer se enfrenta a Alberto que acepta su culpa con vergüenza. La madre lo abofetea:

--¿¡como le has podido hacer una cosa así a tu hermano?¡¡¡como has podido hacer una cosa así a tu madre¡¡? ¿¡que clase de vicioso eres?¡ ¡eres una bestia, una vergüenza¡

La mujer se pone histérica.

--¡¡no quiero que salgas de tu cuarto en todo el día, ya te arreglará tu padre¡¡

La mujer deja encerrado a su hijo. Alberto llora. Le duele que su madre se haya puesto tan furiosa con él aunque sabe que se lo merece. Por la noche, el padre de los gemelos  golpea, y varias veces, de nuevo a un triste Alberto y le monta todo un escándalo que Alberto acepta triste. Luego reúne a sus dos hijos en el comedor. Ninguno de los dos ha salido en todo el día, Fernando mira a su hermano con rabia. 

--¡¡maldito sea ese degenerado  de Mateo¡¡¡lo odio, lo odio¡¡¡no quiero que nadie repita ese nombre en mi presencia, no lo quiero volver a ver¡¡¡ese degenerado  ha roto mi familia¡¡ --dice la madre.

--vuestra madre tiene razón,  toda la culpa la tiene esa puta. No es persona. Es una loca. Un enfermo.  Los dos debéis saber que esas locas  sólo sirven para divertirse y ese tipejo es sólo para eso. Los dos os divertisteis con Mateo pues ya se acabó. Una puta no debe arruinar una familia, separar a dos hermanos que siempre se han querido. Así que a olvidar el asunto. Os dais las manos y tan amigos como siempre.

Alberto extiende su mano  pero Fernando lo mira con rabia.

--¡dale un abrazo a tu hermano Fernando y olvida a esa puta. Ya está, ya pasó¡¡¡esa puta no es más fuerte que dos hermanos¡¡ --el padre.

--¡¡no me da la gana, yo no le doy la mano a ese cabrón¡¡

Fernando se encierra en su cuarto molesto a pesar que su padre le pide que vuelva. La madre mira a Alberto molesta. Ya que Fernando se niega a cenar si Alberto está con ellos, los padres de los chicos mandan a Alberto a la habitación y así Fernando sale. Alberto se traga su dolor con tristeza. Cuando sus padres duermen, Alberto entra en el dormitorio de su hermano y trata de hablar con él pero Fernando lo mira con odio y grita:

--¡vete¡

--por favor, esto no puede seguir así.

--¡¡si no te vas le diré a mamá que te eche de casa¡¡

Alberto, triste por el odio de su hermano, se encierra en su cuarto.


Por su lado, Mateo tumbado en su cama, no hace más que pensar en la ternura de Fernando durante su relación y en su reacción al descubrir que lo engañó. Mateo se culpa de ello:

--es mi culpa, yo he convertido a un chico dulce en un monstruo --se recrimina con angustia.


Capítulo 15










Mateo y Fernando van juntos a casa de él a estudiar. Él le había asegurado que estarían solos y por eso Mateo aceptó. A medio camino se encuentran a la madre de Fernando. La mujer pide a su hijo que lo acompañe a hacer unos recados.

--pero es que yo quedé con Mateo --protesta él.

--sólo será un rato.

--yo te espero en mi casa --Mateo.

--no, no. Tú ve y prepara las cosas --le dice él dando las llaves a Mateo.

Mateo entra en la casa tranquilamente pero se le hiela la sangre a oír que alguien se está duchando. 

--¡no puede ser¡ --dice Mateo con deseo.

Quiere huir pero siente como si una extraña fuerza lo empujara hacia el baño. Por un lado desea que la puerta esté cerrada y por otro desea que no. Tanto la puerta como la mampara están abiertas. Y ahí está Alberto desnudo y remojado. Todo su cuerpo está lleno de jabón que va deslizando por su cuerpo mientras él se va frotando con sus manos. Cuando se da cuenta de la presencia del chico, se para. Mateo quiere huir de ese cuerpo desnudo que tanto desea pero sus pies no le responden. Está hechizado por la bella escena, es como si su cuerpo se hubiera quedado enganchado en el suelo. Entonces Alberto prosigue aclarando su cuerpo mientras los ojos de Mateo están clavados en ese cuerpazo. A los dos les devora el deseo. Todo mojado Alberto sale de la ducha y se acerca al  chico. El cuerpo de Alberto  brillante por el agua lo hace aún más atractivo. La razón ordena a Mateo que huya de ese lugar pero gana el deseo, no se puede resistir a su Adonis desnudo. Sus labios sacian su sed uniéndose salvajemente al otro. Alberto lo toma en brazos y lo deja en la cama. Se desean desesperadamente. Alberto magrea el cuerpo de Mateo mientras lo desnuda como una fiera hambrienta. Los dos actúan como bestias en celo. Alberto se cubre con un condón y clava su dura lanza en Mateo con fuerza y profundidad como si quisiera matarlo... de gusto. Alberto lo hace suyo  como si hiciera años que no ha estado con nadie. Mientras tanto Mateo se retuerce de placer.

 El aullido de lobo herido de Alberto se oye por todo el barrio. Cae al lado de Mateo con convulsiones debidas al exceso de placer. Está derrotado por el placer, no deja de jadear y gemir. Mateo no puede reaccionar porque oye que se abre la puerta de la casa: es Fernando. Alberto ni se inmuta porque está vencido por el gozo. Mateo, desnudo, agarra toda su ropa y sale disparado hacia la habitación de Fernando. Allá se viste deprisa. Cuando Fernando entra Mateo ya está vestido y sentado en la cama. Respira cansado.

--mi amor, perdona por mi tardanza, no esperaba tardar tanto --le dice  muy dulce.

Mateo fuerza una sonrisa.

--¿cómo es que no has preparado las cosas? ¿Qué has estado haciendo?

Mateo no sabe que excusa poner de porque se ha dejado los deberes en el comedor. Está muy sofocado y no contesta.

--¿te encuentras mal? --le pregunta él preocupado y con ojos de enamorado.

Mateo se llena de culpa y de vergüenza. Muy nervioso le dice:

--de repente me descompuse. Necesito irme.

--bueno, yo te acompaño.

--No, mejor no 

Mateo sale disparado. Al salir de la casa llora lleno de remordimientos y de placer. Preguntas como ¿porqué lo he hecho? ¿y ahora que pasará con Fernando? Atormentan al chico





Fernando interrumpe en la habitación de su hermano y se sorprende al verlo desnudo y con cara de gusto.

--¿has visto a Mateo? ¿ha pasado algo con Mateo?

Alberto se asusta. 

--¿Cómo?

Fernando sonríe al ver el condón en el piso:

--tú has echado un polvo, ¿eh pillo?

Alberto está asustado, tiene miedo que su hermano lo haya descubierto.

--ahora lo entiendo todo. Mateo os ha oído y por eso se ha enfadado. Bueno, que se le va a hacer.

Alberto no se atreve a mirarlo a los ojos. Lo quiere mucho y no le gusta traicionarlo pero tampoco puede controlar lo que siente por Mateo.


"No lo he podido evitar --escribe Mateo en su diario-- los necesito a los dos. Uno me da amor y el otro placer. Son las dos caras de una misma moneda. Por si solos a los dos les falta cosas pero juntos son el hombre perfecto. Sé que no los puedo tener a los dos y como a quien amo es a Fernando me tengo que alejar de Alberto. Estoy jugando  con fuego y temo quemarme." 


Mateo se tumba en la cama pensativo. Espera que Alberto se aparte de él y su relación con Fernando no se resienta. Se lleva las manos a la cabeza.

--lo que he hecho no tiene perdón --se recrimina con angustia--Después de esto ¿cómo voy a poder afrontar a Fernando?¿mirarlo, besarlo como si no hubiera pasado nada? 

Se levanta y se mira al espejo:

--mañana --se dice- mañana será un día decisivo. De superarlo depende la felicidad de toda mi vida.

Confiaba en que por la borrachera, Alberto olvidara que habían estado juntos pero ahora no hay excusas. No sabe cómo enfrentarse a Alberto cuando ha engañado a su gemelo por dos veces con él. Tiene miedo que le cuente todo a su hermano o que Fernando los haya descubierto




Mateo, al día siguiente, sale de su casa muy nervioso. Fernando lo espera como si nada. Antes que él diga nada Mateo se le lanza en sus brazos y lo besa. Fernando sonríe. Le preocupaba que estuviera enfadado. Se besan. Mateo lo besa con desesperación. No deja de besarse en todo el camino ya que Mateo desea que con sus besos y sus caricias borren las de Alberto. Se quedan en el patio un buen rato. Y ven llegar a Alberto solo y triste. Los gemelos se saludan. Mateo no lo mira pero tiembla de deseo y de miedo. Sabe fingir indiferencia y Alberto se va muy triste. La pareja continúa besándose mientras van al aula. Durante el recreo, la pareja está feliz. Mateo respira tranquilo ya que se da cuenta que su chico no sospecha nada y no hay peligro. Tienen una asignatura separados. La pareja se separa delante del lavabo. Mateo se refresca:

--todo está bien, todo está bien --se repite.

Alberto entra en seguida. Mateo lo mira asustado.

--¿Qué haces aquí? ¡¡vete¡ --le dice aterrado.

Alberto no le hace caso.

--te quiero, hubiera preferido tenerte solo para mi pero estoy dispuesto a compartirte con mi hermano.

--¡¡Alberto por favor, no digas tonterías¡ --dice Mateo muy alterado.

--ayer hicimos el amor y el otro día también,  yo estaba borracho pero tú no y no me detuviste 

Mateo se tapa los oídos:

--¡¡no lo repitas , por favor. Fue un error¡¡

--¡pero pasó, como otras tantas veces pues ¿Por qué no puede volver a pasar? Ya fuimos amantes secretos antes. ¿o ya olvidaste nuestra Semana Santa en  el pueblo de mis abuelos? fue salvaje. Gasté montones de cajas de condones.

--¡¡todo aquello fue un error, yo amo a Fernando y no lo quiero perder¡¡

--¿Por qué si estás tan enamorado de él nunca has sido suyo como conmigo? Con él nunca has hecho el amor y en cambio a mi me has dejado saborear tu cuerpo miles de veces. Me arruino en condones para usarlos contigo.

--¡¡calla, calla todo eso fue antes que Fernando y yo nos reconciliáramos¡¡

--pero ayer y el otro día fuiste mío y eres su novio.

--¡¡no estoy interesado en ti, sólo me interesa tu cuerpo¡¡ayer por la tarde fue la última vez que tú y yo estuvimos juntos¡¡

Mateo sale corriendo y Alberto detrás de Mateo. Ninguno de los dos se ha dado cuenta que encerrado en el wáter había alguien que ha escuchado toda la conversación.: es un entusiasmado Víctor


.


Mientras Mateo logra refugiarse en su clase para huir de Alberto y éste se tiene que ir abatido, Víctor va a la clase en la que está Fernando y casi arrastras lo lleva fuera.

--¡espero que sea importante esto que me tienes que decir¡

Feliz Víctor dice:

--me acabo de enterar que tu novio y tu hermano son amantes, ayer se acostaron juntos y no fue su primera vez.

Fernando no da crédito a lo que oye.

--¡eso es mentira¡ --dice zarandeando al chico.

--¡estaban juntos en el lavabo,  yo lo oí todo¡¡

Fernando no quiero creerlo pero recuerda lo que pasó la tarde antes. Como Mateo huyó de su casa y su hermano había estado con un chico  que él no vio.

--¡no puede ser¡ --dice él llevándose las manos a la cabeza.

--tengo mucho que contarte ¿me vas a escuchar?

Fernando lo mira amenazante y dice:

--¡cuéntame todo lo que sabes pero pobre de ti que sea mentira¡¡

Víctor sonríe victorioso.


Mateo espera a Fernando en la clase muy nervioso. Éste llega muy serio.

--¿puedes salir un momento?

Mateo no entiende nada pero él no le contesta cuando le pregunta si pasa algo pero lo sigue. Van a la clase de Alberto. Hay mucha gente en el pasillo pero al tener a los dos amantes juntos los mira y con rabia les pregunta directamente:

--¿es cierto que habéis cogido? ¿Qué sois amantes?

Los amantes descubiertos empalidecen, se quedan mudos.

Capítulo 17 y ultimo

  Al día siguiente, Alberto visita a Mateo. El chico sale de su habitación al saber que tiene visita. Alberto le sonríe y Mateo se alegra de...