martes, 27 de octubre de 2020

Capítulo 14

 




A la hora del recreo, Mateo y Fernando se van siempre al parque que hay al lado de su instituto. Mateo le ha dicho claramente que Alberto le cae mal así para evitar tenerlo cerca y no sentir esas tentaciones y es por eso que se van del instituto a la hora del recreo. Mateo no soporta estar en presencia de Alberto ya que cuando lo hace siente muchas ganas de hacerle el amor y por eso no quiere verlo y se esfuerza en odiarlo y despreciarlo, algo que hace mucho daño a Alberto. Ese día las cosas le salen mal porque precisamente Alberto está en el parque junto a unos compañeros de su clase celebrando el cumpleaños de uno de ellos. Los chicos no hacen más que beber vino del barato y otras mezclas y están bastantes borrachos. Alberto es el que hace más el payaso. Se ha sacado la camisa que tiene atada al cuello y se pone a imitar a Superman. Fernando se ríe con cariño pero Mateo finge estar molesto aunque en realidad le encanta, está muy encendido. Los ojos de Mateo no hacen más que mirar el torso desnudo del guapo hermano de Alberto. Se muere de deseo al recordar todas las veces que practicaron sexo. Mateo está al lado del chico al que quiere pero en cambio lo que desea es lanzarse en brazos del gemelo de éste. Alberto, muy contento, llama a la pareja para que se acerquen a él. Mateo no quiere y entonces, como no se mueven, es Alberto quien los va a buscar. Alberto, alegre de más, toma a Mateo entre sus brazos y empieza a bailar con Mateo que aunque está excitadísimo se lo saca de encima  con violencia y, para borrar la pasión que siente, se refugia en brazos de su novio al que besa durante bastante rato delante del que fuera su amante que no le saca los ojos de encima y no hace más que silbar como si estuviera contento, el alcohol ha borrado su pena. Incómodo, Mateo dice a su novio:

--así no se puede estar-- vamos a buscar un sitio en el que podamos estar solos.

Fernando se acerca a su hermano:

--¿estás bien? --pregunta con cariño.

Alberto canta.

--sí, vete con tu guapo novio ---dice Alberto después.

Los novios se van. Mateo se gira y Alberto le guiña el ojo. Mateo arde en deseo


.



Al rato, mientras Mateo sale del aula en donde ha hecho clase para ir en busca de su amado, se encuentra cara a cara con un ebrio Alberto que antes que Mateo pueda decir nada lo agarra con fuerza y se lo lleva al lavabo. Mateo quiere huir de él, le da miedo lo que haga por su estado de borrachera. Alberto se pone delante de la puerta para que no se pueda ir y así le obliga a escucharlo. Muy triste Alberto le suplica:

--no me hagas esto, me mata tu desprecio. Yo renuncio a ti para que seas feliz con mi hermano pero lo que no soporto es que me tratas con frialdad,  con desprecio, que me ignores, que me odies. Almenos deja que intentemos ser buenos amigos.

Sus palabras lo conmueven a Mateo pero no baja sus defensas y con una dureza fingida cada vez más débil, dice:

--no quiero estar a tu lado, no me gusta estar cerca de ti. Entiéndelo y no me lo hagas más difícil.

--almenos intentemos ser solo amigos, no me dejes solo.  Sólo te tengo a ti --dice Alberto muy triste.

--perdona pero te vimos con tu ex --le recrimina Mateo.

Alberto se pone muy contento:

--¡¡estás celoso y eso quiere decir que me quieres¡¡no te tienes que preocupar, es mi pasado y sí quiere volver a ser mi chico pero yo ya no porque yo estoy enamorado de ti y sé que tú sientes algo muy fuerte por mi y que por eso no has podido hacer el amor con mi hermano¡

--Lo que hubo entre tú y yo --le recalca Mateo- fue sexo, sólo sexo. Nada más. De ti me interesa exclusivamente tu cuerpo, de Fernando quiero su alma.

Entonces, el guapo chico abre los brazos y muy seductor dice:

--mi cuerpo es todo mío, hazme lo que quieras.

Mateo tiembla. Alberto abraza y lo magrea mientras lo va llevando hacia el wáter para encerrarse con Mateo.

--hazme tuyo, como tú sabes y hazme tuyo ahora  --jadea Alberto.

Mateo trata de huir de su propio deseo pero Alberto logra llevarlo con él a un wáter y se encierra. Alberto encaja su cuerpo al de Mateo y mientras le desabrocha y baja los pantalones y los calzoncillos une sus labios a los de Mateo. El calor del cuerpo de Alberto penetra en el de Mateo que no lo puede rechazar y se besan. Alberto da la vuelta a Mateo y lo empuja contra el water, a pelo, entra en Mateo que no lo puede rechazar. Mateo apoyado en el wáter y Alberto dándole duro. Se retuercen de placer y tienen que hacer un esfuerzo por no gritar su gozo. Alberto está borracho y no aguanta mucho. Se sienta en el wáter con la ropa a los pies. Con cara de borracho y una sonrisa de satisfacción. Mateo está conmocionado y se sube la ropa con vergüenza. Se siente sucio. Se va sin mirar atrás teniendo el precio que puede pagar por su debilidad pero lo desea demasiado. Tenía demasiadas ganas de él. Se topa con Fernando que viene de las escaleras.

--¿Dónde te metiste? Llevo rato buscándote. La clase ya ha empezado --le dice Fernando.

Mateo le contesta con un largo y apasionado beso que hace que los dos pierdan el mundo de vista. En ese momento los interrumpe un compañero.

--oye, que tu hermano se ha quedado dormido en el wáter. Está en bolas.

Fernando va corriendo y Mateo, que se siente un miserable, tras él. Se queda en la puerta. Fernando ayuda a su hermano a caminar. Mateo no puede mirar a ninguno de los dos. Esos gemelos tan guapos. Su novio y su amante. Fernando trata a su hermano con mucho cariño. Y Mateo se siente mal porque no sólo pone en peligro su relación con Fernando sino la relación de los gemelos

---me lo llevo a casa, no se vaya a hacer daño- dice Fernando a Mateo-- además como lo vea algún profesor se va a meter en un buen lío.

Alberto se despide de Mateo con la mano muy simpático y divertido. Y por dentro Mateo se muere de deseo. Los gemelos se van abrazados por los hombros. Mateo los mira conmovido y piensa con culpa que si su novio supiera que las dos personas que más quiere lo han traicionado sufriría mucho y se arrepiente de lo que pasó con Alberto pero no lo puede olvidar.


"si no me hubiera entregado a la pasión aquella noche en la playa --escribe en su diario-- ahora todo sería felicidad. Maldita sea mil veces ese día. Si no fuera por ese momento que me gustaría borrar ahora no habría ninguna sombra a mi amor."




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