lunes, 26 de octubre de 2020

Capítulo 2

 



"Me siento tan feliz -escribe Mateo en su diario- tal vez todo sea un espejismo porque ha pasado demasiado rápido pero estoy seguro que esta vez si la he acertado, Fernando sí es el hombre de mi vida."


Comienza la semana y la joven pareja de enamorados asiste a la rutina del instituto como novios oficiales. A pesar que a Mateo le gusta estar en primera fila, el joven se desplaza al final para estar con su amado. Se miran siempre con complicidad, se acarician las manos con disimulo. Sus piernas se tocan constantemente pero tienen que controlar sus ganas de besarse. Cuando acaba la clase se besan con pasión y luego se van al pasillo a dar rienda suelta a su amor. En la hora del patio se la pasan besándose, hablando de todo y de nada. Riendo. La felicidad ha vuelto a la vida de Mateo. Aunque hay una pequeña sombra. Mateo se encuentra feliz en el pasillo besando a su guapo chico cuando Ramiro pasa por su lado y le susurra al oído:

--Puta.

Mateo tiembla pero por suerte no pasa nada más y Fernando no se da cuenta de nada. Los brazos y la sonrisa del guapo Fernando animan al joven que lo olvida todo. Pasan todo el día juntos y es que además los chicos son casi vecinos ya que viven en la misma calle, apenas unas casas más abajo Fernando de Mateo. Van juntos bien abrazados y sin dejar de besarse. Se despiden, eso sí, con un casto beso delante de la casa de Mateo. Fernando se va bien contento, con una sonrisa de felicidad de oreja a oreja. Mateo suspira enamorado. Se tumba sobre su cama. Antes de comer necesita compartir su felicidad con su diario:


"Mi vida se ha   enderezado... soy tan feliz pero tengo miedo. Tengo miedo que la felicidad no sea para mi. De momento Fernando no sospecha nada, pero tengo miedo que Ramiro le diga algo y que él crea que soy un vicioso, que me acuesto con cualquiera. Siento tanto miedo. Él es tan joven y me ha dicho  que nunca ha tenido novio y yo tengo miedo. No quiero que me vuelvan a usar. Ser juguete de nadie. Tengo miedo que si Ramiro le cuenta como me humillé por su amigo, que le permití todo, que me arrastré por su amor, me pierda el respeto y sólo me quiera para divertirse él también"



Mateo y Fernando se enfrentan a un nuevo día lleno de amor y felicidad. La pareja está en el pasillo del instituto bien abrazados. Alguien da unos golpecitos en el hombro a Fernando. Él se gira.

--¿qué pasa, amigo? --pregunta muy simpático a ese desconocido.

A Mateo se le desencaja el rostro por la mirada amenazante de Ramiro. Lleno de odio el despechado chico dice a Fernando:

--¿ya has visto los videos que hay de esa puta en internet? 

Mateo agacha la cabeza con vergüenza. Temía que eso pasara. Fernando no se lo piensa y lo tumba de un puñetazo. Ramiro se le ríe.

--¡como se la metía mi amigo y esa guarra se deja hacer de todo. A mi me daría vergüenza estar con alguien tan vicioso. No busques los videos. Son repugnantes¡

Mateo está aterrado por las palabras llenas de odio de Ramiro y no hace más que mirar con vergüenza a su amado. Fernando se lanza sobre Ramiro y los dos chicos se pelean violentamente.

--¡a mi se me ofreció pero después de ver cómo le bebía la leche a mi amigo me da asco¡¡aunque si le dejé que me la comiera y como lo disfrutó la guarra¡

Fernando le quiere romper la boca para que no siga hablando. Ramiro se divierte. 

--yo tengo todos los videos en mi celular. Sólo le faltó hacer tríos y porque mi amigo no quiso. En el sexo nunca dice no.

--¡cállate, te voy a matar¡

 Mateo no sabe qué hacer. Ellos dos matándose a golpes y la gente ante ellos aplaudiendo. Y Ramiro escupiendo veneno.

--¡es un culito tragón. Me han dicho que eres virgen pues te va a desvirgar el mejor. Te va a matar. Eso sí, luego te dejará por otro. Mejor diviértete tú y lo dejas tú¡ --Ramiro.

--¡yo sí que te voy a matar, imbécil¡

--¡el imbécil eres tú. Le comió la verga a todos los amigos de su novio. Si quieres miras el video de como nos la chupa y como disfrutaba con nuestra leche en su cara¡

La pelea es atroz. En un momento Ramiro parece que la va a ganar. Mateo quiere meterse para sacar a su amado de ahí. Todo es muy rápido. Ramiro saca su celular y lo lanza a los pies de un chico al que guiña el ojo y en cuestión de segundos los videos más comprometedores de Mateo y su novio más amigos circulan por todo el instituto. En todos sólo se le ve la cara a Mateo. Mateo que por su novio hizo todo lo que este le pidió. Incluso muchas cosas que no le gustaban. Nunca hubo penetración con otro chico pero sí otras muchas cosas y todo lo hizo por amor, por complacer a su novio. Por no perderlo. Fernando reanuda la pelea. Mateo llora desesperado al darse cuenta que todos están viendo los videos. Le mata por dentro la seguridad que su relación ha acabado. Y con ella su vida.. Finalmente unos profesores los separan y los llevan al despacho del jefe de estudios. Mateo espera fuera con miedo. Teme que expulsen a su chico pero sólo lo sancionan. Mateo está tan avergonzado que no se atreve a mirarlo a Fernando a los ojos cuando éste sale del despacho. Se siente ultrajado por las miradas de todos que ya han visto los videos. Se siente culpable por ser  causante de la única mancha del brillante expediente de Fernando. Muy dulce, Fernando acaricia las mejillas de su chico  y le dice:

--por ti renunciaría a todo.

Mateo se siente halagado por las palabras de su chico pero no se atreve a mirarlo a los ojos.

-yo lo siento. Estaba enamorado y confiaba en él. Yo…

Fernando le levanta la mirada.

 --no importa --dice Fernando con una tierna sonrisa.

Mateo no puede evitar llorar.

--eso lo dices porque no has visto esos videos. Estoy pagando muy caro mis errores.

Mateo siente horror de que su amado vea esos videos. Fernando es muy cariñoso. No deja de sonreír. Le acaricia las lágrimas con mucho cariño. Lo besa y repite:

--no importa... de verás... yo te amo igual.

--ojala pudiera echar el tiempo atrás y hacerte conocido hace dos años. 

--huy te hubiera dado asco tenía la cara llena de granos --dice divertido.

Mateo ríe con él. Fernando lo estrecha entre sus brazos. En brazos de su guapo novio Mateo lo olvida todo.


A solas con su diario, Mateo  descarga sus miedos:

"tengo miedo, temo que aquel desgraciado no se haya quedado conformo y decida no dejarme en paz para desgraciarme la vida. Ahora que vuelvo a ser feliz no soportaría que un malnacido lo estropeara todo. Temo que Fernando acabe decepcionado de mi. Siento asco de las cosas que hice y lo peor es que me dejé grabar. Siento que hay una espada sobre mi cabeza que en cualquier momento me va a destrozar "









Fernando está  disfrutando de una buena ducha. No hay nadie en casa y tiene la puerta abierta. Llega Alberto. Entra en el baño. Hace pis. Él y su hermano hablan de sus cosas. Alberto se la sacude y se la guarda. Abre la mampara de la ducha.

--¡cierra que hace frío¡

Alberto tiene su celular en la mano.

--¿Has visto esto?

Fernando no necesita mirar para saber lo que es. Cierra la mampara. Mientras aclara su cuerpo dice molesto:

--No, no lo he visto pero todo el mundo me ha querido mostrarlo. Gracias. 

Alberto está al lado de la ducha 

--supongo que no vas en serio con ese vicioso. 

--Si. Voy en serio. 

--pero …

Fernando tiene los ojos cerrados. Mete la cabeza bajo el grifo. Luego sigue aclarando su bello y tierno cuerpo.

--Tú no, por favor. No me juzgues.

--Si tú no has hecho nada malo pero se van a reír de ti. A los viejos no les va a gustar si ven esta basura. Es porno puro y duro.

Fernando abre la mampara y agarra una toalla.

--Pues no se lo enseñes.

Alberto pone  cara de degenerado

--Es un experto. Él no te pondrás pegas. Ahora si te estrenas.

Fernando está completamente desnudo y mojado ante su hermano. Los dos sonríen con complicidad.

--Eso que somos iguales pero te prefieren a ti. Yo me tenía que quedar mirando --dice Fernando mientras se seca.

--Mirando no… --y hace gestos de chuparla.

Los dos ríen. Se adoran hay mucha confianza entre ellos.

--Este es tuyo. Te ha elegido a ti.  Se ve que es muy entregado.

Alberto habla con sarcasmo. Fernando lo mira regañón y Alberto pone cara de bueno.

--Mateo es especial. Es justo lo que yo quería para mi primera vez. Lo amo y él me ama a mi.

Alberto pone su mano en los hombros de su desnudo gemelo y le dice con cariño.

--es muy bonito ver las cosas así. Ojalá él te responda de la misma manera 

Fernando suspira enamorado. No duda del amor de Mateo





La joven pareja pasa la semana sin más problemas y disfrutando de su gran y tierno amor. El viernes por la tarde, Mateo pasa la tarde en casa de su novio. Se supone que deben estudiar pero es que no hacen más que besarse y es que están tan a gusto el uno en brazos del otro. Y aunque no lo quiere reconocer y Mateo está muy enamorado de su novio Fernando, alguna cosa pasa con Alberto, el gemelo de su novio.

Va a la cocina a por un vaso de agua y pasa por delante del baño. Los padres de los chicos no están en la casa. Alberto se está duchando y tanto la puerta del baño como la mampara están abiertas. Él está de espaldas. Se lava la cabeza y el jabón se desliza por su bello y desnudo culo.  Ver la desnudez del guapo chico de espaldas rompe algo en Mateo. Aunque se quiere hacer creer que le ha parecido un momento repugnante la verdad es que no se puede sacar la imagen de la desnudez de él en todo el día y hasta trata de engañar a su diario:

"es un cerdo, seguro que el asqueroso se ha visto todos los videos y me quiere seducir porque cree que tiene una oportunidad al ser el gemelo de mi novio pero yo ni loco me metería con un cerdo así. Fernando es el hombre de mi vida"

Y aunque la pareja se muestra muy feliz y enamorada siempre que están juntos y Mateo lo quiere negar, en las noches piensa con deseo en el cuerpo desnudo de Alberto. Se masturba pensando en él cada noche. Y también en la ducha. No se saca de la cabeza esa imagen de su culo desnudo. No sabe bien qué le ha pasado pero que le gustó le gustó



Para celebrar su primera semana como novios oficiales, la feliz pareja sale a cenar fuera. Se intercambian regalos, caricias, besos y miradas de amor. Los dos comienzan así la semana con las pilas renovadas. No se separan en ningún momento y en la hora del patio están en el suelo el uno en brazos del otro sin dejar de besarse. No les hace falta las palabras, sus rostros de enamorados lo dicen todo.

--la hora del patio nunca había sido tan maravillosa --confiesa Mateo a su amado mientras disfruta en sus brazos.

A veces pero se encuentran con Alberto. Los hermanos se saludan con cariño y Mateo se muestra tenso. Aunque se quiere convencer que es porque le cae mal la verdad es que cada vez que tiene a Alberto delante vibra al recordarlo desnudo en la ducha y eso le confunde y le pone nervioso.


Con el final de año llega el 17 cumpleaños de los gemelos y estos hacen una fiesta (sin padres)en su casa para los amigos para celebrar su cumpleaños y el final de año. A Mateo le molesta excesivamente estar cerca de Alberto, sólo se siente cómodo cuando Fernando está a su lado. Mateo le regala a su novio dos libros y Alberto a su hermano una película pornográfica. Mateo mira con "asco" (en realidad lo desea y mucho) a  Alberto, le incomoda la cara de degenerado de Alberto Fernando mira a su chico con vergüenza:

--cosas de mi hermano  no creas que yo…--dice escondiendo la película.

Alberto se le ríe y toma el regalo que le da Fernando. Mateo mira de reojo Alberto con sentimientos contradictorios. Lo detesta pero lo desea. No hace más que recordarlo en la ducha y eso lo enciende y mucho.


Mientras apagan las velas, Mateo está al lado de su novio. Alberto le guiña el ojo a Mateo muy seductor. Y Mateo siente algo dentro de él que le pone muy nervioso. Le molesta la cara de pervertido de Alberto cada vez que Mateo y Fernando se besan.. Mateo se da cuenta que Alberto lo desnuda con la mirada (aunque se sabe de memoria su cuerpo desnudo por todos los videos que circulan) y lo peor, aunque no lo acepta, es que Mateo hace lo mismo, lo desnuda con la mirada. De repente, ya pasada la media noche, todos los amigos van desapareciendo y queda solo Mateo con los gemelos. Alberto deja sola a la pareja pero antes les dice con ironía:

--A ver que hacéis... no hagáis nada que yo no haría.

Mateo se molesta por el comentario y por la mirada de complicidad de los dos hermanos. Una vez a solas los dos Mateo se tranquilizan. Se desborda la pasión mientras Fernando  lleva a Mateo hasta su dormitorio y lo va encaminando hacia la cama. A punto de caer sobre la cama Mateo lo mira asustado y se aparta. Fernando se le acerca muy dulce y dice:

--aún soy virgen, nunca he estado con nadie y me gustaría que esta noche y contigo fuera mi primera vez. Estrenarme hoy contigo sería un inolvidable regalo de cumpleaños. Seria la mejor manera de comenzar el año. Hoy es un día mágico. Es el día perfecto.

Asustado Mateo dice:

--No.

Fernando lo mira decepcionado.

--¿por qué? El sexo no es algo nuevo para ti.

Con vergüenza Mateo dice:

--me deje humillar mucho y  ahora no puedo. Tengo miedo.

Fernando lo acaricia con dulzura:

--pero yo te amo, no te voy a dejar nunca. No te voy a hacer daño.

--lo siento pero me sentí muy mal cuando me dejó. Sentí que no valgo nada. No estoy preparado para volver a pasar por eso.

Fernando lo abraza con ternura y le dice:

--te comprendo pero no tienes nada que temer. Yo te voy a tratar con mucha dulzura y nada cambiará  aunque si igualmente no te sientes preparado... lo olvidamos.

Mateo se ha sacado un buen peso de encima. Lo besa agradecido. Fernando fuerza una sonrisa pero se ha quedado muy triste. No se esperaba el no.

--bueno... al menos podríamos solamente tocarnos... hay mucho que se puede hacer sin llegar al final... No sé... una mamadita.

--es lo que más me gusta --dice Mateo con timidez

Fernando se baja la cremallera satisfecho y picaro:

--eso no compromete a nada.

Mateo piensa en el cuerpo desnudo de Alberto y se excita así que se arrodilla y toma el aparato del chico en sus manos. No hay penetración pero los dos acaban en la cama desnudos y el uno recorre con sumo placer cada milímetro del cuerpo del otro. Los dos saborean con gozo un cuerpo ajeno hasta acabar cansados de placer. Quedan el uno al lado del otro mirándose con placer. Jadeando Fernando le agradece el momento de placer que le ha regalado:

--nunca había gozado tanto... será increíble  llegar hasta el final... pero eso será cuando tú quieras --Fernando.

Los dos se visten contentos y se van a una discoteca para seguir la fiesta. Ahí los esperan los otros. Mateo se siente una puta por la manera en la que lo mira Alberto.



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