martes, 27 de octubre de 2020

Capítulo 15










Mateo y Fernando van juntos a casa de él a estudiar. Él le había asegurado que estarían solos y por eso Mateo aceptó. A medio camino se encuentran a la madre de Fernando. La mujer pide a su hijo que lo acompañe a hacer unos recados.

--pero es que yo quedé con Mateo --protesta él.

--sólo será un rato.

--yo te espero en mi casa --Mateo.

--no, no. Tú ve y prepara las cosas --le dice él dando las llaves a Mateo.

Mateo entra en la casa tranquilamente pero se le hiela la sangre a oír que alguien se está duchando. 

--¡no puede ser¡ --dice Mateo con deseo.

Quiere huir pero siente como si una extraña fuerza lo empujara hacia el baño. Por un lado desea que la puerta esté cerrada y por otro desea que no. Tanto la puerta como la mampara están abiertas. Y ahí está Alberto desnudo y remojado. Todo su cuerpo está lleno de jabón que va deslizando por su cuerpo mientras él se va frotando con sus manos. Cuando se da cuenta de la presencia del chico, se para. Mateo quiere huir de ese cuerpo desnudo que tanto desea pero sus pies no le responden. Está hechizado por la bella escena, es como si su cuerpo se hubiera quedado enganchado en el suelo. Entonces Alberto prosigue aclarando su cuerpo mientras los ojos de Mateo están clavados en ese cuerpazo. A los dos les devora el deseo. Todo mojado Alberto sale de la ducha y se acerca al  chico. El cuerpo de Alberto  brillante por el agua lo hace aún más atractivo. La razón ordena a Mateo que huya de ese lugar pero gana el deseo, no se puede resistir a su Adonis desnudo. Sus labios sacian su sed uniéndose salvajemente al otro. Alberto lo toma en brazos y lo deja en la cama. Se desean desesperadamente. Alberto magrea el cuerpo de Mateo mientras lo desnuda como una fiera hambrienta. Los dos actúan como bestias en celo. Alberto se cubre con un condón y clava su dura lanza en Mateo con fuerza y profundidad como si quisiera matarlo... de gusto. Alberto lo hace suyo  como si hiciera años que no ha estado con nadie. Mientras tanto Mateo se retuerce de placer.

 El aullido de lobo herido de Alberto se oye por todo el barrio. Cae al lado de Mateo con convulsiones debidas al exceso de placer. Está derrotado por el placer, no deja de jadear y gemir. Mateo no puede reaccionar porque oye que se abre la puerta de la casa: es Fernando. Alberto ni se inmuta porque está vencido por el gozo. Mateo, desnudo, agarra toda su ropa y sale disparado hacia la habitación de Fernando. Allá se viste deprisa. Cuando Fernando entra Mateo ya está vestido y sentado en la cama. Respira cansado.

--mi amor, perdona por mi tardanza, no esperaba tardar tanto --le dice  muy dulce.

Mateo fuerza una sonrisa.

--¿cómo es que no has preparado las cosas? ¿Qué has estado haciendo?

Mateo no sabe que excusa poner de porque se ha dejado los deberes en el comedor. Está muy sofocado y no contesta.

--¿te encuentras mal? --le pregunta él preocupado y con ojos de enamorado.

Mateo se llena de culpa y de vergüenza. Muy nervioso le dice:

--de repente me descompuse. Necesito irme.

--bueno, yo te acompaño.

--No, mejor no 

Mateo sale disparado. Al salir de la casa llora lleno de remordimientos y de placer. Preguntas como ¿porqué lo he hecho? ¿y ahora que pasará con Fernando? Atormentan al chico





Fernando interrumpe en la habitación de su hermano y se sorprende al verlo desnudo y con cara de gusto.

--¿has visto a Mateo? ¿ha pasado algo con Mateo?

Alberto se asusta. 

--¿Cómo?

Fernando sonríe al ver el condón en el piso:

--tú has echado un polvo, ¿eh pillo?

Alberto está asustado, tiene miedo que su hermano lo haya descubierto.

--ahora lo entiendo todo. Mateo os ha oído y por eso se ha enfadado. Bueno, que se le va a hacer.

Alberto no se atreve a mirarlo a los ojos. Lo quiere mucho y no le gusta traicionarlo pero tampoco puede controlar lo que siente por Mateo.


"No lo he podido evitar --escribe Mateo en su diario-- los necesito a los dos. Uno me da amor y el otro placer. Son las dos caras de una misma moneda. Por si solos a los dos les falta cosas pero juntos son el hombre perfecto. Sé que no los puedo tener a los dos y como a quien amo es a Fernando me tengo que alejar de Alberto. Estoy jugando  con fuego y temo quemarme." 


Mateo se tumba en la cama pensativo. Espera que Alberto se aparte de él y su relación con Fernando no se resienta. Se lleva las manos a la cabeza.

--lo que he hecho no tiene perdón --se recrimina con angustia--Después de esto ¿cómo voy a poder afrontar a Fernando?¿mirarlo, besarlo como si no hubiera pasado nada? 

Se levanta y se mira al espejo:

--mañana --se dice- mañana será un día decisivo. De superarlo depende la felicidad de toda mi vida.

Confiaba en que por la borrachera, Alberto olvidara que habían estado juntos pero ahora no hay excusas. No sabe cómo enfrentarse a Alberto cuando ha engañado a su gemelo por dos veces con él. Tiene miedo que le cuente todo a su hermano o que Fernando los haya descubierto




Mateo, al día siguiente, sale de su casa muy nervioso. Fernando lo espera como si nada. Antes que él diga nada Mateo se le lanza en sus brazos y lo besa. Fernando sonríe. Le preocupaba que estuviera enfadado. Se besan. Mateo lo besa con desesperación. No deja de besarse en todo el camino ya que Mateo desea que con sus besos y sus caricias borren las de Alberto. Se quedan en el patio un buen rato. Y ven llegar a Alberto solo y triste. Los gemelos se saludan. Mateo no lo mira pero tiembla de deseo y de miedo. Sabe fingir indiferencia y Alberto se va muy triste. La pareja continúa besándose mientras van al aula. Durante el recreo, la pareja está feliz. Mateo respira tranquilo ya que se da cuenta que su chico no sospecha nada y no hay peligro. Tienen una asignatura separados. La pareja se separa delante del lavabo. Mateo se refresca:

--todo está bien, todo está bien --se repite.

Alberto entra en seguida. Mateo lo mira asustado.

--¿Qué haces aquí? ¡¡vete¡ --le dice aterrado.

Alberto no le hace caso.

--te quiero, hubiera preferido tenerte solo para mi pero estoy dispuesto a compartirte con mi hermano.

--¡¡Alberto por favor, no digas tonterías¡ --dice Mateo muy alterado.

--ayer hicimos el amor y el otro día también,  yo estaba borracho pero tú no y no me detuviste 

Mateo se tapa los oídos:

--¡¡no lo repitas , por favor. Fue un error¡¡

--¡pero pasó, como otras tantas veces pues ¿Por qué no puede volver a pasar? Ya fuimos amantes secretos antes. ¿o ya olvidaste nuestra Semana Santa en  el pueblo de mis abuelos? fue salvaje. Gasté montones de cajas de condones.

--¡¡todo aquello fue un error, yo amo a Fernando y no lo quiero perder¡¡

--¿Por qué si estás tan enamorado de él nunca has sido suyo como conmigo? Con él nunca has hecho el amor y en cambio a mi me has dejado saborear tu cuerpo miles de veces. Me arruino en condones para usarlos contigo.

--¡¡calla, calla todo eso fue antes que Fernando y yo nos reconciliáramos¡¡

--pero ayer y el otro día fuiste mío y eres su novio.

--¡¡no estoy interesado en ti, sólo me interesa tu cuerpo¡¡ayer por la tarde fue la última vez que tú y yo estuvimos juntos¡¡

Mateo sale corriendo y Alberto detrás de Mateo. Ninguno de los dos se ha dado cuenta que encerrado en el wáter había alguien que ha escuchado toda la conversación.: es un entusiasmado Víctor


.


Mientras Mateo logra refugiarse en su clase para huir de Alberto y éste se tiene que ir abatido, Víctor va a la clase en la que está Fernando y casi arrastras lo lleva fuera.

--¡espero que sea importante esto que me tienes que decir¡

Feliz Víctor dice:

--me acabo de enterar que tu novio y tu hermano son amantes, ayer se acostaron juntos y no fue su primera vez.

Fernando no da crédito a lo que oye.

--¡eso es mentira¡ --dice zarandeando al chico.

--¡estaban juntos en el lavabo,  yo lo oí todo¡¡

Fernando no quiero creerlo pero recuerda lo que pasó la tarde antes. Como Mateo huyó de su casa y su hermano había estado con un chico  que él no vio.

--¡no puede ser¡ --dice él llevándose las manos a la cabeza.

--tengo mucho que contarte ¿me vas a escuchar?

Fernando lo mira amenazante y dice:

--¡cuéntame todo lo que sabes pero pobre de ti que sea mentira¡¡

Víctor sonríe victorioso.


Mateo espera a Fernando en la clase muy nervioso. Éste llega muy serio.

--¿puedes salir un momento?

Mateo no entiende nada pero él no le contesta cuando le pregunta si pasa algo pero lo sigue. Van a la clase de Alberto. Hay mucha gente en el pasillo pero al tener a los dos amantes juntos los mira y con rabia les pregunta directamente:

--¿es cierto que habéis cogido? ¿Qué sois amantes?

Los amantes descubiertos empalidecen, se quedan mudos.

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