lunes, 26 de octubre de 2020

Capítulo 3

 


En una discoteca, Mateo ha entrado del brazo de Fernando pero se siente una puta de la manera como Alberto lo resigue con la mirada al verlos llegar. Se acerca a la pareja. Mateo tiembla y no sabe bien porqué. Alberto guiña el ojo a su gemelo con complicidad y le da un golpecito en la espalda para felicitarlo. Mateo se da cuenta que Alberto creen que se acostaron juntos y le molesta. Lo que más le molesta es no poder dejar de mirar el bonito culo al gemelo de su novio y recordar que lo vio desnudo. Se sofoca y quiere hacerse creer que no es nada grave pero en el fondo sabe que no es normal lo que le provoca Alberto. Los dos hermanos se van a un rincón a hablar confidencialmente en donde Fernando le cuenta paso a paso todo lo que ha pasado entre él y su chico. Alberto devora con los ojos a Mateo y a Mateo aparentemente le molesta aunque en realidad lo único que hace es que le sofoca. Le pone muy nervioso lo que le hace sentir el muchacho. Fernando se acerca a su chico con un beso lo saca a bailar. Mateo trata de olvidar que Alberto no los deja de seguir con la mirada. Llega a su casa impactado por los fuertes sentimientos que despiertan en él esos guapísimos gemelos. Primero se masturba pensando siempre en Alberto. Alberto lo excita demasiado y necesita ese desahogo


Después escribe en su diario: "Me siento tan feliz. Fernando es lo mejor que me ha pasado. Me gusta estar entre sus brazos, sentir sus caricias, sus besos. Son sensaciones nuevas las que he vivido con él y me han fascinado. Estoy volviendo a nacer. Me he dado cuenta que no había vivido. Todo es tan distinto con él. Su timbre de voz, su sonrisa, su manera de caminar... la adoro... me encantó bailar con él... tener su cuerpo pegado al mío. Lo único que estropea mi felicidad es el cerdo de su hermano. Me pone de los nervios, no lo trago, cada día más se me hace más insoportable."

Ni en su propio diario es capaz de escribir el deseo que le despierta Alberto.


Un sábado por la mañana, Mateo se queda en casa de su novio a ver una película de video. Mientras la pareja está bien abrazada en el sofá comiendo palomitas y viendo la tele llega Alberto en chándal y jadeando de cansancio porque ha estado corriendo. Fernando no le hace caso pero Mateo no le puede sacar los ojos de encima. El rato que él está en el comedor bebiendo agua de la botella Mateo no hace más que devorarlo con los ojos pensando en su cuerpo desnudo. Cuando Alberto se encierra en el baño Mateo se olvida de todo abrazando a su novio. La película la ha elegido Fernando, es muy antigua (de Audrey Hepburn) y a Mateo no le gusta nada pero la aguanta para hacerlo contento a él. Además oye la ducha, sabe que Alberto está desnudo en el baño y no puede dejar de pensar en él. Le gustaría tener una excusa para levantarse y pasar por el baño por si se repite la escena de la otra vez.

La pareja tiene que combinar su relación con los estudios. Después de ver la película se encierra en el cuarto ya que tienen que hacer juntos un trabajo de literatura. Fernando  es más responsable que Mateo, a Mateo sí le cuesta concentrarse. Lo tiene a él delante con un lápiz en la oreja y no se le puede resistir. Al mirarlo a los ojos se le olvida todo y lo besa. Fernando sonríe y eso lo seduce aún más: 

--tenemos que trabajar --le dice Fernando con un tono tierno a pesar que pretende ser regañón.

Mateo obedece pero enseguida lo vuelve a besar. Fernando lo  mira con cariño pero regañón:

--Mateo...

--es que te amo tanto,  me tienes loco. Te quiero besar a todas horas.

--y yo a ti pero tenemos que estudiar...si trabajamos rápido pero bien luego tendremos todo el tiempo del mundo para nosotros.

Mateo hace que trabaja pero no es así, lo mira de reojo siempre. Fernando sonríe enamorado. Mateo suspira feliz. Se queda a comer con ellos. También los padres. Comen todos en familia. Mateo es ya uno más. La pareja de novios están sentados el uno al lado del otro. Se miran con timidez. Se rozan las manos por debajo de la mesa. Como siempre Alberto es una sombra para la felicidad de Mateo. Alberto está sentado frente a Mateo y lo devora con los ojos. Esa mirada le hace sentir que ha visto todos sus videos y que lo considera un vicioso. Mateo intenta hacer como si no existiera pero le cuesta mucho olvidar el encuentro en la ducha. Intenta concentrar su atención sólo en su amado pero le pone demasiado nervioso la presencia del otro. Como mira, como le pide las cosas, como  toca la mano de Mateo al pasarle Mateo  el pan, el agua, como mastica... todo en él le parece lascivo y aunque lo quiere negar: le excita. Quiere disfrazar esa atracción con una máscara de repulsión pero nada más lejos de la verdad. El deseo de Mateo por Alberto es cada día más grande. Mateo se queda todo el día en casa de su amado para hacer el trabajo. En la noche, a pesar que viven a pocos metros, Fernando lo acompaña hasta la casa. Se despiden en la puerta con un tierno pero apasionado beso de amor.


14 de febrero, San Valentín.  Fernando y Mateo viven felices su primer día de los enamorados juntos. Se miran a los ojos, se felicitan con un beso.

--hoy es el día más romántico de mi vida --dice Mateo.

Fernando le acaricia la barbilla con ternura y le dice:

--a tu lado todos los días son románticos.

Se sonríen enamorados y se dan un fuerte beso. Van a cenar y se intercambian caricias de amor y regalos. Fernando un dibujo a lápiz de Mateo que ha encargado y Mateo un reloj con sus nombres grabados.

--Mateo --dice sorprendido--ha debido costarte mucho. No lo merezco.

Mateo lo mira enamorado y le dice:

--claro que sí, te amo y te lo mereces todo.

--te amo, mi amor --dice Fernando con dulzura.

Se besan. La pareja sale muy feliz y abrazada del restaurante. Fernando hace unos gestos con la cabeza a alguien y sonríe a Mateo para disimular y es que a Mateo le espera una sorpresa. Un grupo de chicos, vestidos de mariachis, empiezan a cantar el si nos dejan. 

https://youtu.be/HwDMHvzpzzc 





Mateo abraza y besa a su novio lloroso y emocionado. Fernando sonríe satisfecho. La felicidad de la pareja es interrumpida por Alberto. A Mateo no le gusta nada verlo en ese momento. Le hace sentir mal. Alberto lo devora con los ojos y no le saca los ojos de encima al novio de su gemelo. Cuando el grupo acaba de cantar, el recién llegado se acerca a la pareja. Los gemelos se abrazan contentos y después Alberto da dos besos en la mejilla a su "cuñadito" como Alberto lo llama. Mateo tiembla de deseo al sentirlo tan cerca. Fuerza una sonrisa y es que no sabe bien que es lo que le está pasando pero le molesta demasiado tener cerca de Alberto y sobretodo cuando éste lo mira con una sonrisa que Mateo define como de  sátiro.


Al día siguiente es la fiesta de Carnaval. La pareja va, aunque sin disfrazar, a la fiesta que se realiza en el instituto. Quien sí se ha disfrazado y de prostituta es Alberto. El chico se pone delante de la pareja haciendo gestos obscenos que divierten a Fernando pero ponen muy nervioso a Mateo. Alberto se da la vuelta y se levanta la falda mostrando el enorme y gordo trasero de plástico que se ha puesto. Mateo se pone furioso y no lo disimula para no pensar en lo que le pasa con él.

--no te enfades, cuñadito, es una broma... ¡es Carnaval¡ --le dice Alberto.

--pues a mi novio no le gustan esas bromas --dice Fernando con afecto a su hermano.

Alberto se disculpa. La pareja se mira y ae Mateo con las caricias de su novio se le olvida todo Van a bailar



Al llegar a su casa Mateo se da una buena ducha helada para bajarse la calentura que le provoca Alberto. Tiene grabado en la retina el momento en el que con todo y falda Alberto se ha agarrado todo el paquete poniendo su mejor cara de sátiro. A Mateo se le ha puesto dura pensando en Alberto y ese momento que tanto le ha impactado. Desnudo en la ducha se masturba como cada día pensando en Alberto



Al día siguiente con una dulzura que deja entrever un poco de picardía le dice:

--ya que esta tarde no hay clase.... ¿por qué no vamos a casa? Me gustaría que me volvieras a hacer lo de mi cumpleaños... a ti también te gustó... no digas que no.

Mateo lo mira con vergüenza. Fernando sonríe con ternura y le dice:

--me gusta que disfrutaras haciendo esas cositas... y con lo que yo te hice... ¿vamos?

--¿no hay nadie? 

Con naturalidad Fernando le dice:

--bueno mi hermano sí pero ya sabes como nos queremos... hay mucha confianza.

Mateo se pone muy nervioso al pensar en la presencia de Alberto.

--no, si está él no.

--¿porqué?

--¡porque no¡

Entonces Fernando agarra su celular, marca a su hermano lo llama y le pide que deje la casa un rato.  Mira con cara de pillo a su chico.

--ya está listo... ahora estamos solos. Alberto es muy buen chico. No sé porque te cae mal. Me gustaría que se llevaran bien.

Mateo se pone muy nervioso y dice:

--es que quiero estar a solas contigo.

Fernando sonríe satisfecho y la besa. Llegan a la casa y van directos al dormitorio. Aunque no quiere hacer el amor con él sí le gusta hacerle otras cosas. No lo hacen sentir mal y olvida la ansiedad que siente cuando tiene delante a Alberto. Se desnudan el uno delante de otro mientras se miran mutuamente con deseo. Se tumban en la cama. Dulcemente Fernando empieza a recorrer el cuerpo del chico con sus manos y su lengua. Muy sensualmente y aprovechando que ya se armó, Fernando le  dice:

--lo que más desearía en esto momento es hacer el amor contigo,  puedo buscar preservativos si prefieres hacerlo con goma ¿no te apetece?

Fernando lo mira excitado esperando un sí. Molesto Mateo dice:

--no.

Fernando se decepciona y Mateo le recuerda.

--me prometiste que ibas a hacer paciente.

Fernando pone cara de bueno y dice:

--bueno... pues hazme eso que sabes que me gusta.

Fernando se conforma con que el chico recorra todo su cuerpo con sus manos, con su lengua y que se pueda desahogar en su boca. A Mateo sí le gusta beberse la leche de su chico. Fernando aparta la boca cuando es Mateo el que se viene. Al cerrar los ojos Mateo no puede evitar que sea Alberto el que se le aparezca.  Después de haberse descargado, Fernando queda tumbado feliz y satisfecho. Aún jadeando dice:

--perdón por haber insistido, es que te quiero tanto... me dejé llevar... te amo locamente y para mi sería un sueño poder descubrir todos los secretos del sexo, que me pertenecieras totalmente.

--ya te pertenezco.

--pero no en cuerpo.

--pero sí en alma.

Fernando sonríe enamorado y dice:

--eso es lo que más me importa, te aseguro que no te voy a volver a coaccionar ya que lo que más me importa de ti ya lo tengo y es tu amor.

La pareja se mira enamorada y se besa feliz.












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