martes, 27 de octubre de 2020

Capítulo 16

 








Tras las palabras de Fernando, aparece Víctor que enfrenta a los amantes.

--¡¡no lo neguéis, yo estaba en el lavabo encerrado y he oído todo lo que habéis dicho, guarros, lo que le habéis hecho al pobre Fernando no tiene perdón¡¡ ¡sois unas bestias. He oído como Alberto presumía de las miles de veces que te le has regalado  y que se arruina en condones¡ ¡seguro que también os habéis grabado. Eres un vicioso¡ ¡te mereces alguien como tu ex no como Fernando¡

Todos los miran divertidos. Fernando está furioso. Alberto y Mateo se miran desolados y pálidos. Mateo rompe a llorar lo que enciende aún más la rabia del novio cornudo. Alberto pone la mano sobre los hombros a su hermano mientras que muy fraternal le dice:

--vamos a otro sitio para poder hablar tranquilamente los tres.

Fernando rechaza a su hermano con violencia:

--¡¡no, esto lo aclaramos aquí y ahora¡¡ --Fernando.

Los ojos de Fernando están llenos de odio, ira, rabia. Alberto lo mira lloroso. Encolerizado Fernando dice:

--¡¡lo repito otra vez ¿ es cierto todo lo que ha dicho Víctor?¡¡

Fernando agarra del brazo a su novio y le pregunta directamente:

--¡¡¿es cierto que te revuelcas con él, hijo de puta¡¡?

Mateo no puede más y llorando dice:

--¡¡sí, sí, sí es cierto¡¡ --grita entre lágrimas.

Alberto lo mira triste y mientras Mateo intenta gritar a Fernando que lo ama a él, Fernando como loco tumba a su novio de un puñetazo. Grita endemoniadamente todos los insultos que le ocurren. El espectáculo es grabado por muchos de sus compañeros.  Mateo está lleno de miedo y dolor. Si no es por Alberto, que se interpone entre ellos, Fernando hubiera agredido de nuevo a su novio. Mateo llora en el suelo. Fernando grita que se levante para pelear como hombre. Alberto trata de hacer calmar a su hermano y que no se tire sobre Mateo. Lleno de odio, Fernando escupe a su novio en toda la cara. 

--¡me das asco¡

--no hagas esto, hermano --Alberto.

--¡no me llames así, Judas¡

Y con rabia da un puñetazo a su hermano. Víctor es el que más disfruta y atormenta a Mateo.

--¡mira lo que has logrado por ser tan vicioso. Vete a hacer porno que es lo tuyo y no te metas con los buenos chicos¡

Todos miran a Mateo como si fuera una bestia. Un puto. Alguien que sólo sirve para que los demás se diviertan. Casi todo el mundo lo insultan. Nadie avisa a los profesores y entretienen a los que se acercan para no interrumpir el show. Fernando, al que Alberto sujeta con dificultad, grita a Mateo

--¡¡por eso no querías hacer el amor conmigo porque ya ibas bien servido por este cabrón de mierda¡¡¡ ¡no te quisiste entregar a mi por amor pero sí te acostaste con él por puro vicio como una vulgar puta que es lo que eres¡¡¡

Entonces Fernando se lanza sobre su gemelo  al que golpea como un sádico.

--¡defiéndete, cobarde¡ --grita Fernando a Alberto que se niega a golpear a su hermano.

Todos los animan, Víctor sonríe satisfecho. Mateo llora asustado.

--¡¡Qué alguien los separe¡ --grita angustiado.

Es Mateo quien va a buscar a un profesor para parar la pelea. Finalmente un profesor pone orden y saca a Fernando del cuerpo de Alberto.

--¿¿Qué pasa aquí?¡¡¡ --pregunta.

Fernando fulmina con la mirada a los dos amantes y dice:

--¡¡sois tal para cual. Estáis hechos de la misma pasta, no quiero saber nada de ninguno de los dos. Ambos habéis muerto para mi¡¡¡muertos,  estáis muertos¡¡

Dicho esto Fernando se va corriendo. Alberto mira a Mateo llorando sangre y se va tras su gemelo. Mateo se queda llorando destrozado siendo objeto de las burlas y maliciosas miradas de sus compañeros. Víctor saborea su triunfo. Sin mirar a nadie y entre burlas y murmullos, Mateo recoge sus cosas y sale disparado hacia su casa.

 





Alberto sigue desesperado a su hermano que no lo quiere escuchar.

--¡¡deja que te explico¡¡

Fernando lo mira con odio y dice:

--¡hazme el favor de dejarme en paz, estás muerto para mi y los muertos no tienen nada que explicar¡¡

--¡¡me tienes que escuchar¡¡ --dice desesperado Alberto agarrando del brazo a su hermano para que se pare. 

Fernando se lanza nuevamente hacia su gemelo y lo comienza a golpear como si lo quisiera matar. Alberto no se defiende y deja que su hermano descargue con sus puños su rabia y su dolor. Fernando lo golpea una y otra vez.


"habría preferido morirme -se desahoga Mateo en su diario- que haber vivido todo esto, sé que toda la culpa es mía por no saber controlar mis bajas pasiones pero duele, duele mucho."


La madre de los guapos gemelos no se puede creer lo que ve al ver a Fernando matando a golpes a su otro hijo. Los separa a gritos y les pide explicaciones. Fernando sube corriendo a su casa y se encierra en su cuarto. Entonces la mujer mira a Alberto:

--¡¡pues tú me vas a decir que es lo que está pasando¡¡

Alberto mira a su madre con culpa y la deja sola sin decirle nada. La mujer está muy angustiada. Alberto se va a su dormitorio deshecho y desesperado tira por los aires todo lo que encuentra. Por su lado, Fernando rompe desesperado todas las fotos tanto de su chico como de su hermano. Se saca el reloj que le regaló Mateo y lo estampa contra el suelo y luego lo pisa con rabia. Mientras, Mateo se desangra llorando sobre su cama abrazado a una foto de Fernando que tiene sobre su mesita. Luego mira lloroso en la pared el dibujo de Mateo que Fernando mandó hacer. Deja el retrato en la mesita y mira las fotos de su celular. Las mira atormentado y acaricia una y mil veces cada uno de los recuerdos que tiene de él y se maldice por haber destruido su felicidad, por no haberse sabido  comportar como debía. 


Por su parte, la madre de los guapos gemelos entra en la habitación de Fernando y al ver toda esa ruptura de fotos le pregunta:

--¿has tenido algún problema con tu novio?

Encolerizado Fernando dice:

--¡¡no me menciones a esa puta¡¡

--¡no seas grosero, hijo. No me faltes al respeto ¡¡

--¡Mateo es una puta que se acuesta con Alberto, con mi propio hermano¡¡ --grita con dolor.

--¡¡no puede ser, es malentendido¡¡ --dice la mujer sorprendido.

Roto de dolor, Fernando dice:

--¡¡habla con ese maldito desgraciado a ver si te lo niega¡¡

--¡¡claro que lo voy a hacer¡¡

 La mujer se enfrenta a Alberto que acepta su culpa con vergüenza. La madre lo abofetea:

--¿¡como le has podido hacer una cosa así a tu hermano?¡¡¡como has podido hacer una cosa así a tu madre¡¡? ¿¡que clase de vicioso eres?¡ ¡eres una bestia, una vergüenza¡

La mujer se pone histérica.

--¡¡no quiero que salgas de tu cuarto en todo el día, ya te arreglará tu padre¡¡

La mujer deja encerrado a su hijo. Alberto llora. Le duele que su madre se haya puesto tan furiosa con él aunque sabe que se lo merece. Por la noche, el padre de los gemelos  golpea, y varias veces, de nuevo a un triste Alberto y le monta todo un escándalo que Alberto acepta triste. Luego reúne a sus dos hijos en el comedor. Ninguno de los dos ha salido en todo el día, Fernando mira a su hermano con rabia. 

--¡¡maldito sea ese degenerado  de Mateo¡¡¡lo odio, lo odio¡¡¡no quiero que nadie repita ese nombre en mi presencia, no lo quiero volver a ver¡¡¡ese degenerado  ha roto mi familia¡¡ --dice la madre.

--vuestra madre tiene razón,  toda la culpa la tiene esa puta. No es persona. Es una loca. Un enfermo.  Los dos debéis saber que esas locas  sólo sirven para divertirse y ese tipejo es sólo para eso. Los dos os divertisteis con Mateo pues ya se acabó. Una puta no debe arruinar una familia, separar a dos hermanos que siempre se han querido. Así que a olvidar el asunto. Os dais las manos y tan amigos como siempre.

Alberto extiende su mano  pero Fernando lo mira con rabia.

--¡dale un abrazo a tu hermano Fernando y olvida a esa puta. Ya está, ya pasó¡¡¡esa puta no es más fuerte que dos hermanos¡¡ --el padre.

--¡¡no me da la gana, yo no le doy la mano a ese cabrón¡¡

Fernando se encierra en su cuarto molesto a pesar que su padre le pide que vuelva. La madre mira a Alberto molesta. Ya que Fernando se niega a cenar si Alberto está con ellos, los padres de los chicos mandan a Alberto a la habitación y así Fernando sale. Alberto se traga su dolor con tristeza. Cuando sus padres duermen, Alberto entra en el dormitorio de su hermano y trata de hablar con él pero Fernando lo mira con odio y grita:

--¡vete¡

--por favor, esto no puede seguir así.

--¡¡si no te vas le diré a mamá que te eche de casa¡¡

Alberto, triste por el odio de su hermano, se encierra en su cuarto.


Por su lado, Mateo tumbado en su cama, no hace más que pensar en la ternura de Fernando durante su relación y en su reacción al descubrir que lo engañó. Mateo se culpa de ello:

--es mi culpa, yo he convertido a un chico dulce en un monstruo --se recrimina con angustia.


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